La lluvia moja las ventanas de la casa.
El tiempo agrava la soledad del suplicante.
¿Quién enhebra las notas de un violín melancólico
en la noche más fría del invierno?
La lluvia humedece los contornos del alma.
La tierra entristece de sombras la luna.
¿No sería mejor
recordar de una vez para siempre?
Cartas que nunca llegaron,
paraguas de pie en un rincón,
sombreros ensimismados,
tazas con borra de café,
un baúl lleno de arrepentimientos
y despojos.
Siguen las gotas salpicando los postigos.
Me llueven lágrimas por dentro
y el amor no ha llegado todavía.
Alfredo Lemon-