Descalza
con una rosa sombría entre las manos
quemo mis pies, sobre las brasas.
Desgarro cada vestidura
hasta la desnudez secreta de los huesos.
Muerdo el agua que escurre, impiadosa
y sostengo el fruto maduro de la tarde.
Bebo el aire enrarecido en la noche del otoño
cuando los fantasmas
danzan sobre mis tatuajes
y… lastiman.
Del libro inédito Último Patio
Leonor Mauvecín-