Hoy se empañaron mis ojos
cuando entre añejos papeles
que agobian los anaqueles
de mis años venturosos,
entre sumisos despojos
de la que fue mi entereza,
hallé restos de belleza
de juveniles antojos.
Viejo carmín, labios rojos,
que entre sonrisas y enojos
se acopiaron en mi ayer;
me queda, acaso festivo,
el perfume sugestivo
de una carta de mujer.
Rodolfo Leiro-
Emotivo y bello.