Detrás de las muelas,
quizás tan sólo nube,
brisa ardiente
en música del mundo.
En esos espacios,
imagino mi boca
y saliendo de ella,
una vida desconocida.
Canciones anómalas
vienen a mí y, también,
algunas elegías
atraídas por el horizonte:
gotas de murmullos sobre mis noches
y el tren que se deshace
rodando humos
redoblados de esqueletos.
Y, sin saber,
a lo largo de hondonadas primitivas,
en el viento, construyo risas
idénticas a la sangre.
Ten presente lo que digo:
en mis hechizos,
ritos olvidados
viven
junto a indios
de miel helada,
apostados
al borde de caminos,
construidos como selvas,
pobladas
de chozas de cristal
y niebla purificada
por ácidos de tormentas.
Sobre afilados peñascos,
abro filtros
al temblor de adioses,
en noches exaltadas
por alas insaciables.
Jaime Icho Kozak-