El mar está embravecido.
Las olas saltan inquietas,
se alzan, vuelan y se aquietan
con incesante bramido…
Los copetes de la espuma
se deshacen en las rocas,
como el pincel que retoca
un paisaje que se esfuma.
Están jugando o se rehuyen?
Se entrelazan con amor
o se empujan con furor?
Estallan o se diluyen?
Los rayos baten su acero
desde un cielo gris plomizo
completando así el hechizo
donde danzan agua y fuego.
Misterios del universo
que agitan el corazón
de algún poeta en función
de atrapar sentidos versos.
Silvia L. de la Cal-