En Latigazos del azar, Luis Duarte nos ofrece una serie de historias en las que el humor y también cierta melancolía son fundamentales. Desde situaciones con personajes posibles de este mundo hasta relatos con un toque más fantástico, el autor nos trae un libro ágil e inteligente, para todo tipo de lector.
“Más allá de las anécdotas que intervinieron en su construcción, los cuentos y microrrelatos que integran Latigazos del azar van aportando elementos que, recogidos tras una lectura global, llevan al centro de la narrativa de Luis Duarte. Podría decir que en la diversidad de estos textos hay aire que los conecta: y esa es la voz del autor. Una voz propia”. (Claudia Cortalezzi).
Una microficción que integra Latigazos del azar, Sísifo: “El hombre empuja pendiente arriba la roca esférica diez veces más pesada que él. Se acerca a la cima de la montaña.
Visto de lejos, su cuerpo es un poste inclinado que contiene un dique. Oír el ruido de la roca al arrastrarla, lo sostiene dentro de su propia especie.
Llega. Deja de empujar. Sabe que deberá seguir empujando, que no se ha liberado; pero el mirar el horizonte le devuelve la sonrisa.
La roca cae por la otra ladera. Y él, consciente de su destino, baja a buscarla para repetir la experiencia una y otra vez. El hombre aprendió que morir es dejar de empujar”. (Luis Duarte). (Editorial HincoHe)
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