Gotas caen suavemente como lágrimas del cielo
y la lluvia sin consuelo evoca aquel tiempo perdido.
Gotas caen tristemente inundando el sucio suelo
y la lluvia nuevamente limpia el corazón herido.
Las efímeras nubes derraman sangre cristalina
y la tempestad divina se avecina empecinada.
Caen a borbotones llantos junto a la neblina
y aquella tormenta densa se refleja en mil miradas.
Lluvia nostalgiosa que acompañas dulces penas.
Lluvia delirante que duermes noches inquietas.
Lluvia esplendorosa que diluyes mil condenas.
Lluvia incomparable que despiertas al poeta.
Ramiro Jaramillo-