Hay algunas verdades que siempre nos vigilan,
con su cámara nueva de video aficionado.
Verdades de la calle del oriente humeante,
de la nada que nunca terminan de pasar.
De los círculos de la noche recreándose al nacer.
Para un beso continuo, las dos clásicas piernas
que vuelven al revés nuestra memoria.
Maximiano Revilla-