El 17 de julio de 1918, cuatro jóvenes bajaron al sótano de una casa en Ekaterimburgo. La mayor tenía veintidós años, la menor tan solo diecisiete. Junto con sus padres y su hermano de trece años, fueron brutalmente asesinadas. Su delito: ser las hijas del último zar.
Olga, Tatiana, María y Anastasia Romanov, tal vez las jóvenes más admiradas y fotografiadas de la realeza de principios del siglo XX, objeto de todo tipo de rumores, crecieron en la opulencia, ajenas a su destino, entre juegos, coqueteos con oficiales del ejército y mascotas… hasta la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa.
Pero más allá de su imagen edulcorada de niñas bonitas con vestidos blancos y grandes sombreros, ¿quiénes eran realmente las hermanas Romanov? ¿Cuáles eran sus esperanzas personales, sus sueños y aspiraciones y cómo se relacionaban entre sí y con sus padres? ¿Cómo era su vida como parte de la familia imperial? Helen Rappaport coloca a las cuatro hermanas en el centro del escenario y, basándose en sus cartas, diarios y otras fuentes primarias hasta ahora no examinadas, reconstruye la fascinante personalidad de cada una de ellas, al tiempo que traza un impresionante retrato familiar y de la Rusia prerrevolucionaria. (Editorial Taurus)
Previo Escalinata del palacio
¨Próximo La CIA en Chile