«…y mañana cuando seas
descolado mueble viejo…»
Cuando mañana es hoy y en el espejo
te ves la soledad que es pura arruga,
los triunfos más perdidos que ganados
por culpa de la pata de una sota
de esa mina fuyera, la mentira
y corra el lagrimón entre los surcos
de una vida tirada a la marchanta,
sin ruta que perfile una esperanza
de una muerte mejor, porque la parca
es dura con los viejos solitarios
cuando mete el cuchillo del silencio
y no queda una mano de reserva
para darte el adiós, último gesto.
Mañana, cuando es hoy y las rodillas
son flecos, son hilachas, no sostienen
ni las ganas de ser ni el paso lento,
cuando cada baldosa haya olvidado
el ya viejo paseo del recuerdo
y la plaza esté lejos, aunque nunca
cambiara ni el farol su propio sitio
se te hace el ventanal pura miseria,
un marchito recorte de la vida.
Mañana cuando es hoy y la cabeza
no puede recordar dónde está el ojo
y los brazos un par de marionetas
que cuelgan de unas manos desahuciadas
intentando la vuelta de una hoja
del libro que es borrón ante tus ojos
será un pozo de noche esa amargura
de haber sido el amante de la infamia.
Silvia Long-Ohni-