Sé que la nada navega mi futuro
varada en el hoy
fabrico pasado sin retorno
tribulo el cansancio de la vida
e invento noches ardientes
en días empapados de presencia.
Ostentosos silencios
liberan fantasmas olvidados que canta tu vida
-me miento-
entrego el cuerpo a tu deseo
en tanto mi alma desvanece
en la violácea penumbra.
Exhausta después del amor
me cubro con el manto del engaño
único bálsamo que calma mi dolor
Ecuador de esta existencia incierta
Sur y Norte en la pasión.
Temo… Desvivo…. Existo
Languidezco… luego me sublimo.
Doblego al corazón que ya no es mío
y obligo a la razón que me posea.
Soy barco a la deriva entre la nada y el hoy
-lucho por mi supervivencia-
sacio mi sed de náufraga
en tu costado de agua sin sal
recupero la conciencia
y encuentro el dolor
de no ser.
De Cuarto de espejos
Graciela Pucci-