Las palabras van al viento
como las aves.
Despacio levantan vuelo. Crecen, se desprenden,
dejan atrás conocidos puertos.
Delinean sus propios caminos,
esbozan sentidos
y dibujan emociones.
Palabras duras,
dulces y simples
que se entrelazan en frases
y tibias caricias del alma son.
Anidar quieren en otro.
Tómalas no te resistas,
acomódalas para
que en vos habiten.
Cubriendo espacios y
preguntas respondiendo.
Vital mar caudaloso
donde navegan los días.
Encrespadas olas en el enojo.
Calma dulce, en el abrazo.
Torbellino que se vuelve auténtico
solo cuando halla refugio.
Graciela Di Laudo-