No he podido dormir, tensas mis horas
me ruedan en un crónico de grietas,
un paisaje de duelos en albas prietas
que acaso fueron fátimas sonoras,
el concierto de trinos y de floras;
que agobiaron de rimas mis goletas,
me han hurtado las cándidas horquetas
donde supe entonar mis anacoras;
yo provengo de túnicas de esporas
o del peplo de míticas esloras
sin la estrella que ufana mi destino;
he quedado quebrado en vil encierro.
¡Parco paria gamado en el destierro!
¡O el beso de una novia en mi camino!
De Renglos desprolijos
Rodolfo Leiro-