Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.
Éxodo 25:8, 40.
Otro día blanco entre los días
sucedidos, denario de luz
donde oscuramente crece
el poema, con la obstinada
fuerza de cuanto se abre
paso en el mundo. Y digo qué dios
de penuria habita la casa
del mañana, oculta en dónde la hoja
de acero, el tiempo feroz de los vivos.
Alzado al fin este canto
al sol de un verano tan leve
el agua que nadie ha de beber
el terror a esa otra mar de la noche
la inminente cayendo
al fondo de todos los espejos.
Alejandro Drewes-