La fe es victoria presentida,
que invade los terrenos del que cree
y apuntala los embates de la vida,
entrelazando emociones que posee.
¿Qué es el amor sino la fe sentida?
¿Qué es la amistad sino una fe creada?
¿Qué es el abrazo sino fe entrelazada
por la necesidad de ser vivida?
Por fe sonreímos ante las ideas;
por esa misma fe acariciamos sueños,
logrando mover -piedra tras piedra-
hasta poder cumplir con los empeños.
Sin fe se pararía el mundo,
pues el desgano pronto cubriría
ese sentimiento audaz y tan profundo,
con el mando frío y cruel de la desidia.
Laura Beatriz Chiesa-