Una vez y otra vez hemos llegado.
Estamos de regreso donde ya no hay regreso.
Y hemos vuelto a partir y a regresar
(como en las fundaciones).
En el próximo encuentro no tendremos
los gestos que nos dimos
ni la misma distancia en la mirada.
Nos reconoceremos antes de que llegue el olvido,
allí donde los remos descansan del viajero
cuando cambia la luz fuera del agua
y el pasado ilumina aquello que el presente
abandona en los techos.
El mundo es más pequeño de lo que era.
Pero tengo confianza
Hemos querido tanto, que todavía el tiempo
en su arrogancia
va a tener que esperarnos.
José Antonio Cedrón-