Como nunca tendré yo quién me escriba
a este Pablo que soy tan olvidado,
tan de paso por la vida,
ignorado
de mi propia existencia
homicida.
Así escribiré con letra clara
la oscura existencia que he tenido,
nacer, estar,
estar y haberse ido
como insecto en quién nadie repara.
Nací por oficio de la suerte
en el último rincón de este planeta,
corrí por el mundo tras la meta,
y estaba a mis espaldas…..y es la muerte.
Pobre Pablo, ¿sabrán de tus dolores,
tus angustias, tus penas y tus sueños
que fuiste quemando como leños
y en ceniza volvieron tus amores?
Recordarán acaso que fue vana
toda esperanza que tuviste,
y la única…
la única alegría que aún persiste
son los besos
de la lluvia
en tu ventana.
Pablo Barattini Vidal-