Poemas

Norma Jean

A Marilyn Monroe

«Recuerdo mi niñez cuando yo era una anciana…» – Alejandra Pizarnik

 

Norma Jean alisa indiferente

la falda plisada

con la que aparece en todos los sueños

y suspira

por la madre que se desdibuja en un hospicio

y por el hombre que no conoció

y la condenó a sentarse eternamente

en las rodillas lujuriosas

de mil padres sustitutos.

 

Norma Jean cuenta displicente

las píldoras de colores

que saciarán su hambre y su sed de huérfana

y le garantizarán

un sueño sin sueños,

un lento desligarse

a la orilla más piadosa de la noche.

 

Norma Jean se aferra anhelante

a un teléfono mudo

y se muere.

Se muere sin madre y sin padre,

se muere de hambre y de sed,

se muere, Dios mío, se muere.

 

Raquel Fernández-

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