Poemas

¡Cómo te amé!

¡En qué forma tan dulce de amarte

yo te amé! ¡Cuánto te amé!

Me dolía el corazón cuando iba

a encontrarme contigo,

y no sabía si reir o llorar.

Al verte sufría

por la alegría que me llenaba todo,

como caudal.

Era como el enorme torrente

de un gran río

en su camino al mar

sentí deseos de llorar.

Brotaba mi amor como una música

que todo lo rodeaba,

como chorros de estrellas

que explotaban

y su luz alumbraban mi andar.

¡Cómo te supe amar!

Sin lágrimas ni penas,

ni tristezas,

sóo como una paz

que calentaba

como una hoguera que da luz

aunque te quema

si es que la tratas mal.

Más solo yo te amé

y me bastaba con ponerme a soñar

con lágrimas de miel

sobre mi cara

con viajes fabulosos hacia la nada

con luciérnagas verdes apagadas,

con flores olorosas marchitadas,

con besos imaginarios

con sabor a nada.

Pero nunca lloré porque en mis penas

Tú me consolabas.

Pero, ¿cómo vivir si tú no estás?

Ya no hay campanas tañendo de alegría,

ni nieve tibia adherida a mis pestañas,

ya no hay nueces en mi helado,

ni nubes blancas.

Ya tú no estás para recordarte

mis lágrimas por ti me llenan

de una nostálgica felicidad.

 

Roberta Díaz Cuenca-

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