Despojos humanos
buscan tu lecho,
refugio de sus lamentos.
Carroñeros debilitados
como medusas transparentes
convulsionan en fanganosos pantanos.
Desdeñas, con pasión violenta
a inocentes y amantes
desgastando su ego,
huyendo de la mediocridad,
bebiendo tus venenos
rotos por tu propio desprecio.
Tiempo que desgastas
y rompes istmos
destruyendo mentes
en su afán por alcanzarte.
Cruel invento eres:
poderoso y soberbio
pues no han nacido alas
que te logren sobrevolar.
María Rodríguez-