¿Cómo era un día entre tantos vividos
y en aquella ventura primigenia?
La realidad se hacía en el asombro
y siempre hablaba con verbos fervorosos.
Alguien al mundo se arrimaba para
tender los sueños más propicios.
Y el instante nacía sin premura
entre imágenes de colores airosos.
La ocasión corría solazada a la par
de un aire atemperado.
Recuerda. Lo ingrato era vil copia
de maneras adultas y raídas.
Los actos ofrendaban a cualquiera
variados temas y sus mil prodigios.
¿Hablas acaso de un ayer o de un acoso
e indeseado futuro?
No. La vida era segura eternidad
y descubrir la gracia de un momento.
Algo inmenso era y adyacente
a incontables mudanzas repletas de alegría.
Julio Bepré-