Poemas

Esbozo de anuario

Sin desmesuras emotivas,

liberándome del peso

de adioses y bienvenidas

-dogma de las masas-

las doce campanadas

para mí ya no finiquitan ni inauguran

nada más que uno o dos dígitos.

Prefiero revalidar mi propia ancla de fe

y confirmarme fiel a la deriva

del ciclo infinito del propio cosmos.

 

Como esos sabios irracionales,

los árboles y las bestias,

vivir a plena piel, a plena vista, a pleno oído

las temporadas naturales.

Entonces:

mi año nuevo acaso sea

(y suerte si así fuera)

repetir la gracia de una perfecta rutina:

centenas de renovados soles

que el equinoccio cobriza,

el crudo julio con hielo y lluvias agrisa

y, por fin,

el solsticio de Navidad otra vez con arrebato exalta.

 

Hoy añoro menos los calendarios idos

y ya no entrego el alma

a éste que administrará

-árbitro de molde-

la cotidiana existencia de ordenada burocracia…

 

Sin adioses ni bienvenidas

conjuro al monstruoso Déspota,

-ignominioso hijo de Urano-

en tanto ciclo con el ciclo de la Madre Gea

y, en paz, me dejo vivir…

 

Luis Kozachek-

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