Carl Schmitt propuso el concepto de lo político para referirse a la instancia soberana, definida como aquella «que decide en el estado de excepción». Lo político remitiría entonces a un plano previo a lo legal, que escapa a toda normatividad y, en definitiva, la funda.
Esta idea, inicialmente vilipendiada por sus derivas irracionalistas, se convirtió en una de las claves para la comprensión de la democracia moderna y fue retomada por pensadores como Lefort, Agamben, Rancière, Koselleck, Esposito y Laclau, entre otros.
Una arqueología de lo político dialoga con estos autores enfatizando el carácter histórico del concepto. Así, lo político no es considerado una entidad natural, transhistórica, sino el resultado de una inflexión crucial que tuvo lugar en Occidente en el siglo XVII, acompañando una serie de cambios en los regímenes de poder producidos con el surgimiento de las monarquías absolutas. (Editorial Cúspide)
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