¿Quién soy sino una hoja que flota,
un camino sin rumbo,
un labio sin espera,
el columpio que agita los rostros
sin conocer sus nombres
sin conocer su grito
su verdad
su angustia?
¿Quién soy…?
¿Me dirías mi nombre?
¿Me dirías si quiero tomar una estrella
o sólo jugar con la arena
mientras pasa el tiempo
con su dolor de fuego?
¿Tomas mi mano
o dejas que mi pañuelo agite los silencios,
o llene de sueños muertos el sitio de la espera?
Mis ojos quieren correr horizontes,
desanudar el verbo,
vibrar con el grito del viento,
queremos deshojar de lamentos
la ruta del mendigo,
pero en la espesura del tiempo
se agita
un… más tarde,
un más adelante que muere entre palabras
que mueren.
Isabel Cristina Arroyo Calvo-