después de aquella niebla
sin la conciencia plena aún
desperté de este lado.
Hollé las arenas
del otro y escuché algunos secretos.
Me despierta
el torrente de luz
que entra por la ventana.
Con las manos junto agua
me lavo la cara y miro
este sol que me trae
el regalo
de otro amanecer.
Del libro Palabra concisa
Miguel Ángel Oviedo Álvarez-