Escondieron la luz allá en la hondura
de lo estéril. Dejó el viento su canto
bajo una tierra toda hielo y llanto.
Hasta la mar se hizo roca dura.
Matan a cada flor por su hermosura
abrazada a su sangre y al espanto.
¿Por qué crecen los odios tanto, tanto…?
¿Por qué ahogaron al beso, a la ternura?
¿Dónde se halla la paz? ¿Y la esperanza?
Combatamos por ellas con coraje.
Vivir en armonía el mundo ansía.
Contra las balas el amor que avanza
sólo con la palabra en su equipaje
y al paso de la más pura alegría.
Del libro Siempre en vuelo
Carlos Benítez Villodres-