El sol moribundo del alba
huele el olor dulce del pan casero.
Los árboles callados,
la quietud de los nopales,
entre piedras de templos milenarios
acompañados de signos ancestrales.
Vamos navegando por el tiempo,
leyendo huellas.
La muerte anda suelta
al galope,
desbocada.
Los poetas marcharon al exilio
grita un grafiti en un muro.
Daniel Gorosito-