Olas intempestuosas,
avasallantes,
casi impertinentes.
A su paso los miedos
irrumpen, allí donde
la vida parece desvanecerse.
Descontroladas, atropellando,
inundan.
Son las mismas que calmadas
besan la arena y la vida
en sus entrañas.
Murmullos son, apenas
audibles, donde el sol
cala hondo y el viento,
al mismo tiempo,
desordena y acaricia.
El susurro de mar hoy
esconde también tempestades
de otros tiempos.
Graciela Di Laudo-