Es mucho tiempo el tiempo
del olvido,
pero es más tiempo el tiempo
del silencio;
ese no estar, estando en los umbrales,
el no gritar
teniendo el alarido;
eso de andar sembrando para adentro
la plural agonía del exilio.
Es mucho tiempo el tiempo
de la lágrima,
pero es más tiempo el tiempo
sin latidos,
el corazón partido en las esquinas
y aquella ausencia gris
que es el vacío.
Rodolfo Lobo Molas