Sobre el río flotaba el piano
y sobre el piano, sin los rostros
dos personas cruzadas de piernas
hablaban en voz baja.
La charla giraba en torno a un poeta chino
que leía sus textos a los pájaros
si ellos no volaban
el poema era posible
atrás, el piano
ardía
sin extenderse al resto.
Últimamente
recuerdo este sueño
esos detalles
y a ese extraño poeta chino.
Ahora sé quienes son ellos,
sus rostros aparecen sobre el piano
sin los cuerpos, mientras los pájaros tocan
blues
y yo estoy quieto, extasiado
sin poder volar.
Andrés Bohoslavsky-