para mi mascota, Luna de la calle
esta rebelde melancolía tiene torpes fisuras:
son las certezas de otro paraíso.
hermana mía en el destierro y la ventura:
dile a Dios que la sangre todavía cruje
en la palabra sangre y en mi cuerpo frío;
que ahora, aquí dentro y más hondo:
la ausencia es el viento venenoso que respiro
y te nombra en todos los rincones de esta intemperie.
De Los fuegos prometidos
Alfredo Luna–