Supo llorar.
Estallar los cristales.
Susurrar en silencio,
palabras rotas con la soledad
Correr,
correr,
correr.
Supo volver, oportuna
agendar ocasiones perdidas.
Tantos desencuentros,
que no supo más.
Supo arrojar el desorden,
juntarlo en el cesto
de su antología.
Bailar los deseos.
Perder el origen.
Echarse de espaldas.
Sonreír
y volar.
Del libro Confines y afectos
Guillermo Medina–