esa llama azul
es también silencio
vaivén de sombras
la palma hundida
en esa pared de plumas
esas caminatas
rumiando otros planetas
el candil de quejas y aromas
no siempre gratos
no siempre extraños
es tiempo desprendido
de los atardeceres
porque todo urgía
devoraba pupilas
abrazaba muros
y así mostraba nuevas texturas
otros colores
azucenas
lechos de fortuna
vahidos de fatiga y semen
desconciertos
esa llama azul
resquebraja la noche
parpadea sin quejidos
hiere envuelta en temores
cuerpos fantasmas
y fustiga el asombro
de los niños olvidados
esa llama azul
dejó de ser frágil
alguna noche que tiene
lugar preciso en ese almanaque
abandonado para siempre
pero escrito
en el revés de los párpados
dispuesto a regresar
claro que temblando
en las premisas de un nuevo esplendor
Osvaldo Ciezar-