Poemas

Elegía

La noche es el escudo

que abarca su mirada,

la tierra que rodea

desde el riesgo a la tumba.

 

Ya amanece

en la posada del acantilado

donde cuelga un farol

y un letrero que gime en las tormentas

infernales de invierno.

 

Aquí vibra el dominio de la espada,

mano que empuña su destino

libre y que atraviesa

el territorio de la dignidad.

Yo prometo

la tierra de los sueños,

lejana de las leyes de los hombres

que ahora contemplamos.

Voz inerte,

viento, nostalgia.

 

No te apresarán

los perros convocados que persiguen

el olor de una muerte fugitiva,

ni cederán el hambre, los pies siempre cansados,

la persistencia del dolor.

Yo sé

que este horizonte púrpura consigue,

como fuego y presagio,

el rastro insoportable de la cólera,

la luz de la esperanza.

 

Adela Zamudio-

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