Poemas

La doliente quimera

Vuelvo el rostro y veo

la dimensión del odio.

No he venido a decirte

que todo es tarde en mí.

He vuelto a tu crueldad,

a sucumbir junto a la

piedra.

 

Veo mis ruinas en tus ojos

hermosos todavía.

Veo tus manos

todavía perfectas

y emerjo

de las brumas violentas

del pasado

cada vez más

solo.

 

 

 

 

Vuelvo a contemplarme y todo es triste.

Todo:

mi soledad:

mi fuerza:

la montaña.

 

Te miro

en la mentira de mis sueños

y te arrojo a mis

abismos.

 

Si me llego a encontrar con aquel

que huye de mí

volveré a tu ternura

y empezaré a decir

lo que nunca

hubiera dicho.

 

Pedro Shimose-

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