Yo he corrido tras los sueños
con empeño verdadero,
desde el impulso primero
y avalado por empeños,
hurgué los rostros risueños
con mi utópico llavero,
tuve un prisma de viandero
en mi corazón de ensueños,
duendes que fueron mis dueños,
gnomos de haces extremeños
de aquel tropo de mi adverbio
y ya en pleno ocaso incierto,
sigo husmeando el punto cierto:
¿Yo fui vida o fui proverbio?
Rodolfo Leiro-