La diversidad de experiencias protagonizadas por los seres humanos, que durante siglos se agruparon según una modalidad que se denominó familia, es lo suficientemente compleja como para estudiarla desde múltiples perspectivas.
El hecho es conocido y aceptado por las distintas disciplinas, y la historia social, que se consideraba la tradicional vigía del tema, hoy no se limita a la recolección de datos y documentos que proponen evidencias, sino que explora el surgimiento y el modo de procesar esas diferencias.
Eva Giberti tantea los horizontes que, invisibles, acompañan a las familias mientras ellas se construyen acumulando experiencias, necesidades y proyectos. Los horizontes, como fronteras entre lo deseado y lo posible, siempre están presentes, aunque sólo existen para quienes los convocan con la mirada o la metáfora. Esta mirada que surge de una disciplina psicológica y de una época atropelladora y cambiante será inevitable y venturosamente subjetiva. (Editorial Noveduc)