Templa su fuego el sol bajo el nublado;
las nieblas rompen sus tupidos velos,
desciende la lluvia, y arroyuelos
de límpido cristal recoge el prado.
Pájaro amante, insecto enamorado,
sienten, última vez, ardientes celos;
marchan la golondrina y sus polluelos;
se adorna el bosque de matiz dorado.
¡Ya está aquí! El mar levanta sus espumas
y acres perfumes a la tierra envía…
¿Quién no le ama? Entre rosadas brumas,
coronado de mirtos y laureles,
viene dando a las vides ambrosía,
vertiendo frutas, regalando mieles.
Rosario Acuña-