Si alguna vez la adversidad
te obliga a elegir
entre un verso de Eliot,
un equívoco poema de Kavafis,
o una pletórica lata de sardinas
en aceite de oliva,
haz tu elección sin vacilar
y compra luego un múltiple abrelatas
de inmejorable acero:
hay algo más en el mercado
que poesías herméticas
y cajuelas de fina hojalata.
Carlos Spinedi-