Incorpórea transmisión de ausencias.
Es lo intangible que está y nos rodea.
Es la nada que acerca cual marea
el fino envoltorio del no estar.
Es carencia unida al miedo
pues el silencio es incógnita y presencia,
está allí vestido de inocencia
que habla, roza y mira sin mirar.
Se lo escucha en inmensidad sonora
porque lo invade el insecto que planea,
o la flor que con el viento se pasea
trayéndole al silencio inquietud.
Vibración imperceptible que penetra
en la piel humedecida que nos cubre,
captando del silencio la costumbre
de presencia constante cual virtud.
Laura Beatriz Chiesa-