Qué locura me inventas
carne en giros
en plena luna llena
y tú desafiando la violencia
de los lobos,
con las piernas por ego,
con tus ojos eslavos
y esa densidad de reina
que ataca mi silueta
retorcida y esquiva.
Qué locura te inventas
mariposa gitana, nocturna,
detén tu lengua ahora
el alivio del hambre
en esas selvas
que riegan tu fragilidad.
Detén por un instante el apetito,
vuela sobre mí,
anida en este sexo
las hojas a su árbol.
Abel G. Fagundo-