Hace ya tiempo
que no escribo poemas.
Antes me gustaba
tener la cuartilla delante de los ojos
y mirar el atardecer.
Ahora
Se me llena por las noches
la cabeza de ruido
un ruido raro
y veo palabras infinidad libélulas
desaparecen revoloteando hasta perderse
Y me pierdo yo
y caigo sin respiración
en el anfiteatro de la noche
Y despierto
con los músculos agarrotados.
Cuando voy a gritar
una mano blanquísima baja lentamente
y me tapa la boca.
Agustín Delgado-