¿No sentís el cerebro que estalla?
En fugaz torbellino de ideas…
Si claudicas, ignoras y callas…
Si renuncias vencido y flaqueas…
Preocupantes tragedias esbozan
el perfil agobiante del drama…
Y en la cruel impotencia sollozan
¡Las sensibles penurias humanas!
En humilde actitud te reclinas
ante un Dios soberano y eterno
Suplicando en penumbras ansías
su consuelo piadoso y fraterno.
¿No sentís esa fuerza imperiosa?
Que levanta tu espíritu en andas…
Con su luz bienhechora y virtuosa
¡Que sostiene, que exige y demanda!…
Es la fe que en su bálsamo tiene
la frescura estelar que reclama
Es la sabia virtud que sostiene
¡La total existencia del alma!
Es sentir que tan sólo no somos
deshojada y prosaica materia…
Es un vuelo infinito hacia el cosmos
¡Es el tiempo, sin tiempos que apremia!
En su cáliz grandioso condensa
la natura en su gloria divina
Creación voluptuosa, e inmensa
¡Es poder, que en su reino ilumina!
Más allá de martirios y penas
es sentir… que la vida gozamos
Es sabe que hay un Dios que nos lleva
¡Que nos guía… y nos tiende su mano!
Clara Mizrahi-