Jamás se regresa,
volver es un jamás
que nunca cede.
Veinticuatro horas después
somos otros creciendo inéditos,
buscándonos, de la misma forma
cuando niños nos buscábamos en sueños
y no lo podíamos explicar al despertar,
cuando el sol era blanco
y la gente comenzaba a andar
y ya no estábamos perdidos.
A ese lugar nunca se vuelve,
por más que lo intentemos,
somos gente vieja aún recién paridos.
Fabricio Estrada-