Un gris atardecer agoniza en la bruma del mar.
El lamento estalla en cada ola
se desangra en espuma sobre la playa.
Aletea la tristeza
blanco pañuelo que agita el viento
Llora la sirena de un barco
que arriba o zarpa
no importa
llegar no siempre es quedarse
y partir quizás inicie el regreso.
De gris, vestida mi alma
deja sus huellas en la arena
se diluye en la bruma
cabalga en la ola y se interna
en el mar de su soledad.
Victoria Servidio-
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