¡EUREKA!, encontré el primer principio
y el fin último de todo.
Me envidian de algún modo
alquimistas y profetas,
eruditos, filósofos y estetas,
genios, científicos y sabios.
No es agua, no es aire ni es el fuego.
Son tus ojos, tu sonrisa, son tus labios
es la forma como miran tus espejos.
De tí nace la luz, de ti el reflejo,
¡la energía que mueve mi conciencia
y en ti muere victimada por tu ausencia
irremediablemente la alegría.
Lo eres todo
la muerte, eres la vida.
Para qué buscar en otra parte
sólo quiero… tiempo para amarte
con esta locura
que es la mía.
Pablo Barattini Vidal-