Una mirada desde el socialismo
La eclosión posterior a la resolución 125 fue el emergente de un problema de larga data.
Si en la década del 90, con baja rentabilidad, desaparecieron más de 100.000 productores, la década del 2002 hasta hoy, con alta rentabilidad, contabiliza la pérdida de otros 60.000. Si aún cuando «el campo anda bien» se caen del sistema sus componentes más frágiles, y si queremos producir más pero con muchos productores -y no un “desierto verde”- ¿cómo resolver ese dilema?.
En primer lugar, comprendiendo que «el campo» no es una totalidad homogénea sino una pluralidad de sectores e intereses en pugna; en segundo lugar, que el problema agrario no es sólo un problema de economía, sino humano, social, cultural y ambiental; en tercer término, que sólo puede abordarse a través de una política agraria que no trate como iguales a quienes no lo son. (Editorial Prometeo)