Estabas sentada allí con tu perrito
La soledad desarrolla esas vistosas improntas de atuendos y disfraces
Te procuraste enseres necesarios
Camuflajes que disimulan tu apariencia.
Pretendes ver aun sin ser vista
Estar allí o aquí o en cualquier parte
Medir tus tiempos.
Te das licencias de ir y venir con albedrío
El bolso, lentes oscuros, sombrero pajizo, manta, libro
Y un perro que se te parece.
Forman parte del ajuar que te acompaña.
Llamaste la atención sin desearlo
La casualidad hizo el resto con premura
Ya pasó el alboroto armado por los perros
Después te fuiste y el espacio luce ahora
La desnudez de tu presencia.
Al no tener seguridad, firmeza resoluta
Al no estar afianzada en tu frágil apariencia
No fue posible aballar tu permanencia
Cargaste todo en tu autito y luego huiste…
Mirta del Carmen Gaziano-
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