Poemas

Anatomía de la melancolía

Alegra el corazón haber vivido,

y no importa del todo que el pasado

no sea ya otra cosa que pasado.

Si nos quemó la llama del vivir,

su huella es una herida hecha de orgullo

y de melancolía. Pues vivimos

una vez como nadie (ni siquiera

nosotros mismos) vivirá de nuevo.

Ese desvalimiento, esa tristeza

que da sentir pasado lo pasado,

es nuestra condición, la misteriosa

ley que, a nuestro pesar, ha de cumplirse

como si fuera el precio de la vida.

¿Y cuál si no es el precio de la vida

sino seguir viviendo aunque sepamos

que la parte mejor ya nos fue dada?

Pero si hay dignidad en la memoria

y admitimos que no fue un precio injusto

el que debió pagar nuestro deseo,

se alegra el corazón de haber vivido

al conocerse brasa de esa llama

por la que ardió en el tiempo. Y ahora sabe,

al fin, aunque lo tema, que le aguarda.

De «Espejos» 1986 – 1991

Abelardo Linares-

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