Cantan,
y su canto brama;
vocalizan conjuros y victorias.
Brama el bosque en la neblina.
Ríen,
y sus dientes de mora
intimidan a elfos y a fantasmas.
Crujen los ojos, las quijadas.
Danzan,
desnudos y azules,
y en la danza más temible
fulguran las espadas, azules y desnudas.
Cantan, ríen, danzan:
convocan a los dioses
y el viento derrota al enemigo.
Lina Caffarello-
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